domingo, 4 de noviembre de 2012

De la azarosa y desventurada historia de desamor que acaeció entre el juglar conocido como Lechuguino y la sacerdotisa de padawans.

"Y en aquella época moraba en la tierra mágica de la Complutense, junto a los demás seres y criaturas que allí habitaban, un juglar de cuyo nombre no quiero acordarme mas por todos era conocido como Lechuguino y como tal debe ser recordado.Y este juglar seguía los caminos del padawan mas no era especialmente diestro en ellos pues como afirmaba a todo ser o bestia que se pusiese a tiro que su nivel en las lenguas de las tierras rusas era paupérrimo mas tampoco era especialmente diestro en las demás artes referentes a la eslavística pues tendía a confudir el lugar en que las noches blancas tienen lugar con la ciudad en la que el Kremlin se asienta majestuoso, que como todo persona mínimamente versada en aquellas tierras sabe, es gran y grave error.
 
Y en siendo padawan, primero conoció a la bella cosaca con el color del trigal enredado en sus cabellos mas esa es otra historia que debe ser contada en otra ocasión. De esta historia una amistad quedó rota por la terquedad del juglar que no atendió a razones y desde entonces Lechuguino juró y mantuvo admirablemente la decisión de no hablar ni con la cosaca ni con sus allegados pues sentía que su corazón fabía sido herido y según cuentan antiguas leyendas también quedó una misiva de amor apasionado y desgarrado en la que el juglar vertió de una forma no excesivamente original sus sentimientos hacia la zaporoga, mas hasta el momento en que esta pluma deja trazo en el papel no se halla copia alguna y por lo tanto debe considerarse que fa quedado sumida en las nieblas del olvido.
 
Y fue en esta época en que los últimos jedis que merecían tal nombre eran armados con todos los honores que comenzó a dar clase avalada por el Consejo una sacerdotisa de hermosa apariencia y amplia sonrisa que sin embargo, como quedó demostrado, era exigente y auguraba arduo esfuerzo y trabajo a aquellos padawans a los que entrenaba y resultó que daba una asignatura que el juglar tenía mas él no acudió los primeros días y así no pudo conocerla.
 
Y así fue como Jedi Andy que por aquellos tiempos todavía era padawan antes de convertirse en brava guerrera que partió a la conquista de una pérfida isla, decidió burlarse del juglar. Y cuando Lechuguino la preguntó sobre la sacerdotisa le contestó que era pérfida bruja, aviesa y de mal carácter, cuyo rostro solamente era reflejo de su horrible corazón. Y en cuando la vió llegar, sintió júbilo en su pecho y algarabía en su corazón pues había quedado prendado de nuevo por su fermosura.
 
Y a pesar de ser muchacho imberbe metióse a galantear aparentando ser hombre hecho pues en verdad era grande su deseo el de soplar el fuelle con ella. Y así se convirtió en asiduo de sus clases y procedió a intentar convencerla de que él era mozo galante, que vestía de modo elegante y tenía buen gusto. Y en verdad para el resto de padawans era harto obvio su deseo como así le señaló la padawan que se hacía llamar Pájaro Rojo, gran ilustradora, copista y mejor estudiante que no se calló la idea que le rondaba por la cabeza  a lo que el juglar respondió con la sonora risa que era habitual en él.
 
Y en llegó el momento en el que la sacerdotisa llevó a los padawans a conocer comida y pintura allende el Volga. Gran error fue llevar a Lechugunio pues en no hablándose con casi ningún compañero salvo para intentar quedar por encima de ellos se pegó de tal modo a la sacerdotisa que ni fuerza humana ni hechizo era capaz de abrir el escaso hueco que entre ellos fabía y a pesar de que la sacerdotisa intentó apartarse de él suavemente solicitando ayuda a la por entonces padawan Andy no fue posible deshacerse de él en modo alguno. Mas no fue ese el momento más glorioso de la mañana, pues en llegando a la taberna donde almorzarían y viendo las especialidades cárnicas que allí servían el juglar exclamó:
 
¡¡Mas si yo soy vegetariano!!
 
Mas al resto de comensales no les quedó clara si semejante afirmación provenía de una sincera creencia o si por ende era el deseo de aparentar ser interesante subiéndose al carro de los que anteriormente habían expresado semejante afirmación, más aún si cabe por el hecho de que era conocido que Lechuguino había almorzado en tascas de peor calidad en las que servían casi en exclusiva carne a precios irrisorios y de mucha menor calidad de la que allí se ofrecía.
 
Sin embargo, no todo fueron luces en el amor que el bardo profesaba a la sacerdotisa pues en verdad él consiguió sacarla de sus casillas. Pues era famoso el juglar en la exposición por enrollarse y disculparse en exceso para justificar la, por otra parte, evidente falta de contenido de los cantares que exponía ante el público. Y la sacerdotisa a pesar de que en general era paciente y de carácter agradable, estalló en determinado momento en la que el bardo declamaba acerca de las oraciones subordinadas y pronunció con la voz más fría que padawan alguno jamás la oyó:
 
Para explicar algo primero hay que entenderlo.
 
Y más cosas ocurrieron motivadas por el deseo de Lechuguino de impresionar a la sacerdotisa, como en los exámenes en los que cejó en dejar de preguntar a la sacerdotisa sobre las cosas más nimias y realizando los comentarios más banales mas si las refiriésemos todas demasiado tiempo habría pasado para el objetivo de esta humilde historia.
 
Y por todo ello Jedi Andy quedó convencida de que a él se refirió la sacerdotisa cuando en reunión privada poco antes de que la novicia fuese ordenada jedi le comentó que no todo el mundo fabía entendido de manera provechosa lo que ella explicó en clase mas no quiso dar detalles pues hizo gala de la discreción que una Maestra Jedi debe poseer en todo momento.
 
A pesar de todo el amor de Lechuguino por ella se acrecentaba cada día más hasta que llegó el día más aciago para el bardo, un día que desde ese momento en adelante el asociaría a la oscuridad y las tinieblas. Fue éste el día en el que la sacerdotisa defendió ante una exigente delegación del Consejo el esfuerzo de tantos años que la llevarían a ser por fin una más entre los Maestros Jedis. Con valentía y templanza defendió el trabajo ante la delegación y respondió a todas las preguntas que le fueron formuladas, ya fueran de amigos o enemigos.
 
Y sentado al lado de los Maestros que la habían acompañado en tan arduo trabajo estaba sentado un gallardo joven moreno, de fermoso rostro y alto y elegante porte, a cuya visión Pájaro Rojo necesitó de un trapo para recogerse las babas, pues había quedado impresionada por la apolínea belleza del joven. Grande era el misterio del fermoso joven, pues nadie le conocía ni sabía de su procedencia ni de sus quehaceres. Mas el misterio quedó pronto resuelto cuando la sacerdotisa proclamó su agradecimiento a sus Maestros y a su esposo, allí presente.
 
Y al escuchar estas palabras, los ojos del juglar se abrieron cuales platos y notó como el pecho se desgarraba y dejaba al descubierto su maltrecho corazón y aunque quiso facer como que no le era relevante, gran herida fabía recibido, pues él deseaba que la sacerdotisa le entregara el su corazón como en secreto él ya había entregado el suyo. 
 
Mas ya era tarde pues el corazón de la sacerdotisa se hallaba ocupado pues aunque a Lechuguino le sorprendiese en lo referente a determinados profesores, ser Maestro de jedis no está en ningún caso reñido con el Amor.
 
Y así el juglar quedó en pena mas no la olvidó y aunque no volvió a tener asignatura conocida con ella, se quedó a la puerta a verla pasar en breves y fugaces destellos y miraba al horizonte pensando entristecido en lo que pudo haber sido y en la búsqueda de una nueva oportunidad de entregar su corazón."
 
 
Cantar atribuido a la Padawensis Chronicae encontrado en el manuscrito del libro Poemario del amor et desamor realizado hacia finales del s. XVII por el Marqués de la Guatralpina en la insigne villa de Santa Merciana de la Cueva.
 
 

3 comentarios:

  1. Como siempre genial, me dió pena haberme perdido alguno de esos momentos, pero en casi todos estuve presente. Gracias por la mención ;)

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  2. jajajajajajajja incredible ajjajaj Padawensis Chronicae se merece estar en la cima de la literatura del medievo ajjajaja

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  3. Tengo entendido q se han encontrado otras hojas de la fabulosa Padawensis Chronicae... ajjajajja y q se supera!

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